Fracasado el intento de revolución, el 26 de abril de ese mismo año se ve obligado a exiliarse en Portugal, junto a otros compañeros, a bordo del buque Nervión. El 8 de septiembre es condenado en rebeldía por el citado levantamiento, si bien al año siguiente lograría la amnistía, INSTALÁNDOSE
en Madrid. Allí dirigirá durante un breve período la publicación La Europa, para perderse después su pista histórica hasta su fallecimiento en Granada, a la temprana edad de treinta años.

Con una Galicia en crisis debido, principalmente, al intenso centralismo aplicado por la monarquía borbónica, la visión provincialista de Faraldo le supuso ser reconocido por autores COMO
Manuel Murguía como “el primero y el mejor” de los precursores del llamado Rexurdimento (en Los precursores, de 1865).

El pensamiento de Faraldo PUEDE
resumirse en el siguiente párrafo, extraído de la citada proclama de constitución de la Junta Provisional de Gobierno de Galicia:

“Galicia, arrastrando hasta aquí una existencia oprobiosa, convertida en una verdadera colonia de la corte, va á levantarse de su humillación y abatimiento. Esta Junta, amiga sincera del país, se consagrará constantemente á engrandecer el antiguo reino de Galicia, dando provechosa dirección á los NUMEROSOS
elementos que atesora en su seno, levantando los cimientos de un porvenir de glora. Para conseguirlo se esforzará constantemente en fomentar intereses materiales, crear costumbres públicas, abrir las fuentes naturales de su riqueza, decrépita fundada sobre la ignorancia. Despertando el poderoso sentimiento de provincialismo, y encaminando á un solo fin todos los talentos y todos los esfuerzos, llegará á conquistar Galicia la influencia de que es merecedora, colocándose en el alto lugar á que está llamado el antiguo reino de los suevos.”

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